BIENVENIDA



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sábado, 24 de febrero de 2018

Soplos de vida nada más nacer

Nuestros familiares pasan por varias operaciones en un periodo corto de tiempo y a una edad temprana. Por eso sabemos de la importancia de unos buenos equipos en los hospitales para dar respuesta a sus necesidades. El Materno Infantil se ha provisto de unos nuevos ventiladores para ayudar a respirar a los niños que así lo necesiten en UCI, neonatos, quirófanos...Nos alegramos por seguir progresando.

Publicado en La Voz de Galicia/A Coruña.


Hay niños que vienen al mundo casi sin poder respirar. A otros la enfermedad les resta alientos. Para ellos, el Materno ofrece cuidados avanzados y tecnología renovada


CESAR QUIAN


A CORUÑA / LA VOZ 



Bebés que vienen al mundo antes de tiempo, sin suficiente madurez en los pulmones para oxigenar sus cuerpecillos. Pequeños que sufren infecciones que amenazan su respiración. Niños que han de pasar por el quirófano... Son algunos de los supuestos en los que el aire, más que nunca, es sinónimo de supervivencia. «No son muchos, pero sí es verdad que en la práctica diaria necesitamos de la tecnología para poder hacer que respiren», explica Jerónimo Pardo, responsable de Pediatría del Materno.
El hospital que custodia la salud más preciada se vale para ello de los cuidados avanzados que prestan, básicamente, los profesionales de neonatos y de cuidados intensivos, y también del avance en equipamiento. Ahora, incorporando un nuevo ventilador hasta sumar catorce entre la unidad de neonatología y la uci pediátrica.
«Forma parte del plan que tenemos para intentar actualizar nuestros equipos, porque un hospital de tercer nivel como el nuestro cuenta con áreas muy dependientes de la tecnología, sobre todo en las ucis», explica.
Cirugía de alta complejidad
En el Materno no es infrecuente, por ejemplo, el ingreso de niños que han de ser sometidos a operaciones de alta complejidad. Como de corazón, ya que el centro es servicio de referencia para toda España en cardiopatías congénitas. Además, la ayuda mecánica es necesaria «en toda la cirugía neonatal», subraya, y para buena parte de los niños que se sedan y anestesian porque han de pasar por el quirófano en operaciones largas, independientemente de la especialidad.
La ventilación mecánica se aplica también en procesos infecciosos respiratorios graves y, de forma muy especial, en los prematuros, llegados antes de tiempo y, en ocasiones, con los pulmones todavía no suficientemente desarrollados como para respirar por sí solos. La tasa de estos pequeños con prisas por llegar ha ido aumentando en los últimos años y solo en el Teresa Herrera vienen al mundo alrededor de 200 cada año.
Para ellos, la incorporación de un respirador de alta frecuencia, «el más avanzado que hay ahora mismo disponible», recalca Pardo, significa no solo la ventaja de mejorar la dotación (de los catorce existentes, otro es de parecidas características), sino que, por tratarse del último modelo, aporta nuevas prestaciones: «Podemos utilizarlo en bebés muy pequeños, pero también en niños de más peso, por encima de los tres kilos, si es necesario». Además, la última incorporación ofrece otra notable ventaja, ya que «incluye todas las modalidades de asistencia respiratoria, y se puede cambiar de una a otra sin necesidad de cambiar el aparato».
Porque a la hora de ayudar a los alientos, también hay diferencias. La tendencia al mínimo daño empuja a los especialistas, siempre que es posible y sobre todo si se trata de neonatos, a huir de la ventilación más agresiva y utilizar dispositivos que se aplican en nariz y boca. Sin embargo, la urgencia obliga en algunos casos a usar tubos traqueales.
Unos ventiladores envían impulsos de aire al pulmón del paciente, introduciendo un volumen ajustado al órgano. «Hay que darle el número de respiraciones adecuadas -explica el especialista-, en un bebé pequeño de 25 a 40 por minuto, frente a las 15 o 20 que necesita un adulto».
Los aparatos respiradores de alta frecuencia, sin embargo, envían cientos de pequeños impulsos en un corto espacio de tiempo «creando un flujo hacia el pulmón que abre poco a poco los alveolos. Es una corriente de aire de múltiples impulsos», matiza el doctor. A este sistema, reconoce, se recurre «en situaciones de especial gravedad, cuando otras modalidades respiratorias han fracasado: es verdad que se utiliza menos veces, pero sí es necesario contar con ella».

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