Mi hijo come con la boca abierta, ¿es perjudicial?
Sí, no es solo cuestión de educación.

El niño que mastica con la boca abierta es muy probable que también realice la deglución de manera anómala ya que colocará la lengua entre los dientes, o contra los dientes, para hacer el empuje que permita deslizar la comida hacia la garganta para ser tragada; o bien lo hará metiendo el labio inferior contra los dientes superiores.
Cualquiera de estas formas de apoyo al deglutir trae consecuencias que afectan, no solo a su boca, sino también a la forma de su cara. Sobre todo si tiene por costumbre mantener la boca abierta de manera habitual.
El paladar, las arcadas donde se implantan los dientes, y las propias piezas dentales, se van conformando en función de estas fuerzas musculares.
Por un lado, las mejillas y labios ejercen una ligera y continua presión hacia dentro y, por otro, la lengua, hacia fuera. Y así los dientes se van alineando de manera ordenada, (salvando los factores genéticos, de herencia), el paladar se va ensanchando y la cara no se alarga.
Si masticamos y tragamos de forma incorrecta rompemos el equilibrio de las fuerzas musculares de la zona de la boca.
Esta falta de coordinación de fuerzas contrapuestas afecta a la implantación de los dientes, a la mordida e incluso a la estética de la cara.
Joaquina Celis Montes - http://logopediacloyg.blogspot.com.es
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